Un acercamiento diferente a la educación:

Parte 1-Montessori.

 

Entrevista a Jovana Tripunovic: profesora autorizada (Montenegro).

Jovana tiene toda una carrera pedagógica a su espalda de 10 años con el método Montessori y cruzó nuestro camino durante el confinamiento en Bali, dejando en nosotras una importante huella. En aquel entonces Estrella era un bebé que no pronunciaba palabra, y yo la llevaba conmigo por el mundo como “sabiendo” que era bueno para ella, pero con algunas dudas y culpabilidad que me invadían de vez en cuando. 

Un día, mientras ella jugaba en la playa de Balangan y yo buceaba en mi teléfono cursos online para crear una tienda de souvenirs éticos, (https://ethicalsouvenir.com) ella se acercó y me dijo:

  • Perdona que te interrumpa, ¿tú eres la madre de ese bebé? 
  • Sí. (Contesté preparada para que me dijera que debía estar más pendiente de él y dejar el teléfono, que es lo que suelen decirme).
  • Soy profesora justamente de su edad y quería felicitarte, por más que trabajo con madres nunca consigo que actúen como tú lo estás haciendo.
  • ¿A qué te refieres?
  • A estar ahí haciendo tus cosas y no intervenir en las suyas, en realidad cuando ella te reclama sí le escuchas, pero cuando no…apenas la miras con el rabillo del ojo y sigues a lo tuyo, ¡es fantástico para su desarrollo! ¡Te felicito!.

No era la primera vez que me sucedía, ya una psicóloga de Israel y un pediatra de Ibiza se me habían acercado con el mismo discurso. Pero eran 3 opiniones frente a cientos de miradas de indignación ante una madre que aparentemente no protegía lo suficiente. Y yo sólo podía pensar en las decenas de personas que me llamaban la atención por la calle y en lo harta que estaba de que se metieran en mi vida tan descaradamente.

El caso es que aquel día Jovana y yo tomamos un café, y ese café se perpetuó cada día del confinamiento hasta formar una bonita amistad.

Y así fue como me enteré de lo que realmente era MONTESSORI. Yo digo que me lo mostró ella, pero ella asegura que yo conocía la política de esas escuelas a la perfección incluso aunque nunca hubiera estado en una.

  • Todos conocemos muy bien la palabra Montessori, pero es más en nuestra idea una marca de escuelas de coste alto que una filosofía, al menos esa es la asociación que tengo yo.
  • Nada mas lejos de la realidad: si María levantara la cabeza no estaría en absoluto de acuerdo con los precios de estas escuelas ni permitiría que se relacionara su apellido con algo que es sólo accesible para algunas clases sociales en nuestro país. Y voy a explicarte porqué tiene tan poco sentido la marca Montessori.

Maria Montessori fue una mujer italiana, licenciada en medicina y muy enfocada en abogar por la paz.

Su trabajo pedagógico comenzó al terminar la especialidad de psiquiatría y trabajar con niños de necesidades especiales. Se dio cuenta entonces de que los problemas de estos niños tenían mas que ver con las intervenciones durante su desarrollo y no con que tuvieran problemas médicos cerebrales.

Además La Gran Plaga y la Segunda Guerra Mundial le enseñaron cómo en la educación podemos aplicar cosas que nos salven en el futuro (por ejemplo el aumento de higiene o la tolerancia a lo diferente).

Así pues, María no buscaba en sí una reforma escolar, sino una reforma social que comenzaba en la escuela. Y convirtiendo sus escuelas en privadas conseguimos casi lo contrario. Y ahí no acaba todo, además provocamos que los padres escojan estos centros por cuestión de estatus sin comprender la mentalidad. 

El primer colegio de educación primaria Montessori abrió en Roma, en un barrio obrero, en 1907. 

S- ¿Cómo era esa casa? ¿En qué se diferenciaba de los colegios?

J-He estado pensando mucho en cuál es la diferencia en estas escuelas: en la llamada “Casa de los niños” el niño era inspiración y el protagonista, no el edificio, no el profesor, sólo el niño. Él es el motor de la escuela. Escucharle es más importante que obsesionarse con las herramientas.

S- En cambio, a mí Montessori me suena a lo contrario, a materiales específicos. ¿Es a eso a lo que te referías con que algunos padres no saben continuar la filosofía de crianza en casa?

J-Sí. Muchas familias adineradas compran juguetes Montessori y pagan escuelas Montessori, pero luego dan instrucciones a sus hijos bajo el argumento de “haz esto porque lo digo yo y no rechistes”, en esa frase no hay lugar a la escucha ni al diálogo.

Es cierto que la filosofía Montessori se apoya en mobiliario y equipación que facilite al niño el aprendizaje de lo que le gusta, y es ese mobiliario lo que ha tomado el nombre de la marca hoy en día, pero de nada sirve una habitación Montessori donde no se escucha al niño.

A la inversa sin embargo sí que tiene sentido, se puede dar una educación Montessori sin ningún accesorio.

 

 

S-«El instinto más grande de un niño es liberarse del adulto» una gran frase de María. Muchas veces veo a Estrella intentando hacer algo y si puedo le facilito el acceso a los materiales pero sin decirle cómo se hace, no me da miedo incluso que use tijeras o cuchillos si estoy al lado. Una vez que tiene acceso miro para otro lado, me pongo a hacer mis cosas. La gente de mi alrededor la ve tan pequeña, tan bebé, luego me miran y me juzgan. Yo creo en lo que hago y tiene un porqué.

Yo no paso de ella, le dejo hacer porque tengo plena confianza en que se las apañará o si no, me avisará.

J-Eso es precisamente lo que he observado y tanto me ha sorprendido, porque las madres están preocupadas por el desarrollo del niño y eso les lleva a estar constantemente encima, sin embargo yo noté en cinco minutos que el desarrollo de este bebé era terriblemente especial.  Ella es super independiente, cogía y pedía aún sin conocer ninguna palabra, todo lo que necesitaba. La confianza en el niño es la clave y esta niña recibe mucha confianza.

 

 

 

 

Después de varios años de dedicación y perfeccionamiento, Maria Montessori descubrió que el niño educado desde la libertad y el respeto sería el que reeducaría al adulto, y no haría falta esperar a su madurez para experimentar un cambio en la sociedad.

El niño es para ella, la esperanza para un mundo justo.

Y yo creo que María tenía mucha razón.

¿qué opinas tú?