Hubo una época en la que había espacios vacíos en los mapas, lugares ignotos. El camino para explorar esos sitios, estaba lleno de riesgos y aventuras. La información, de existir, se encontraba muchas veces inalcanzable. Hoy, aún teniendo los mapas llenos y la tecnología abriendo ventanas diarias al planeta para que lo observemos desde casa, a algunos nos sigue seduciendo la aventura insegura y la recompensa del descubrimiento.

Llevo media vida viajando por el mundo, comencé con 16 años, y lo que empezó como un «de momento hasta que asiente la cabeza» hoy tengo la certeza de que sucederá hasta que deje de respirar. Que también se puede sentar la cabeza en el movimiento.

No pretendo ser tan pura como la naturaleza, pero sí aprender de ella. Destacar lo que normalmente pasa desapercibido.

No pretendo saber todo sobre ningún tema, pero sí abrir debates y ampliar horizontes mentales. Romper con los prejuicios de algunos lugares.

Me interesan especialmente las culturas y no tanto las divisiones políticas, le pongo nombre a los países para facilitar su encuentro en el buscador, pero no son las líneas negras sobre el mapa lo que me interesa describir, sino a las personas que sin trazarlas, las habitan.

A veces en el ir y venir de nuestras vacaciones, nos olvidamos de lo que realmente es visitar una nueva cultura. Abrir nuestra mente y adaptarnos al entorno. Aprender.

Desplazamientos y encuentros, son la clave para no vivir en una realidad estereotipada. A veces nos quedamos en el desplazamiento y olvidamos la segunda parte. Con cada encuentro no sólo se comparten historias, sino que se descubre qué es lo que no se sabía de la nuestra.

Asi, la exploración no es más que la expresión física de una profunda curiosidad intelectual. Mi madre sabe muy bien que tendrán que matarme para que me quede en «casa» , porque mi hogar no son cuatro paredes, es el mundo.

Seguramente ninguna de estas palabras, ni tampoco las que encuentres en los post son mías, porque las mejores frases de tu vida siempre salen de la boca de los demás. No recuerdo muy bien quién las ha dicho, vienen a mí después de experimentarlas, tan sólo tengo el honor de recopilarlas aquí.